La pobreza no sólo afecta a quienes se encuentran en esta condición. Debilita nuestra democracia, economía, estabilidad y viabilidad como país.
En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 17 de octubre como el día internacional para la erradicación de la pobreza.
Tal como se reconoce en el documento de Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos:
“En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza”.
Así lo ha reconocido el propio Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en un mensaje emitido con motivo de este día:
Y es que la pobreza no es sólo la falta de dinero, sino la incapacidad para desarrollar todo el potencial de las personas como seres humanos. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos y es, a la vez, causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos, tal como lo reconoce la propia Organización de las Naciones Unidas.
Es por ello que la situación de México es altamente preocupante.
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