Hay más pobres que al inicio de la administración de Peña Nieto: hay 60 mil personas más en pobreza que hace 4 años. Y aunque se redujo entre 2014 y 2016, no se logró revertir el crecimiento que hubo entre 2012 y 2014.

Los hallazgos y la evidencia de la ENIGH 2016 y de la nueva medición de la pobreza de CONEVAL son contundentes y obligan a reflexionar, no a festejar reducciones mínimas.

  • Hay más pobres que al inicio de la administración de Enrique Peña Nieto. Hay 60 mil personas más en pobreza que hace 4 años. Se redujo entre 2014 y 2016, pero incluso así no se logró revertir el crecimiento que hubo entre 2012 y 2014.
  • México está entre las 15 economías más fuertes del mundo, pero paradójicamente tiene la mitad de su población sobreviviendo con ingreso insuficiente para lo más básico (50.6 % de la población con ingreso inferior a la línea de bienestar, lo que equivale a 62 millones de personas).
  • La desigualdad, que cada vez nos divide más, ha crecido: los 3.5 millones de hogares más pobres reciben un ingreso menor a $ 92 diarios, para una familia de 4 personas o más. Son $ 2,722 al mes. Mientras que los 3.5 millones de hogares más ricos reciben ingresos por casi $ 2 mil pesos al día. Son $ 56,285 pesos por día, para familias de 3 personas.

Ante la brutalidad de estos datos resultan inaceptables las medidas cosméticas que lo único que pretenden es maquillar la realidad. Si el combate a la pobreza y la desigualdad avanzara a golpe de ceremonias oficiales y discursos presidenciales, iríamos por buen camino.

Las nuevas cifras se empeñan en recordarnos nuestra dolorosa realidad. Necesitamos acción, ya no más simulación. Urge un nuevo modelo económico y social incluyente y con enfoque de derechos para hacer frente de manera efectiva a la pobreza y la desigualdad.

De acuerdo con las cifras de CONEVAL para 2016:

  • Solo el 6 % de las personas indígenas no presentan carencias sociales o de ingreso. Casi 3 de cada 4 viven en pobreza (72 %) y 4 de cada 10 no tienen ingreso suficiente para adquirir la canasta alimentaria (42 %).
  • Los estados de Oaxaca, Chiapas y Veracruz aumentaron su población en pobreza, ampliando la brecha de desigualdad entre el sur y el norte.
  • La falta de seguridad social afecta 68 millones y medio de personas (56 %). Esto pese a que la forma de medir la carencia no contabiliza a quienes reciben programas sociales de adultos mayores, aunque no tengan salud o pensión del IMSS o ISSSTE.

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Más pobreza, mayor desigualdad y graves carencias