Después del 19 de septiembre de 2017 no podemos ser los mismos de antes, como si nada hubiera pasado, como si nada hubiésemos aprendido. De aquí en adelante la pregunta que debe orientar el camino es: ¿qué país es el que queremos?

El pasado 19 de septiembre la tierra nos sacudió de una manera brutal. El sismo de magnitud 7.1 que cimbró a todo un país no sólo trastocó la vida de cientos de miles de personas, dejando tras de sí colonias, poblados y regiones enteras devastadas, sino que también removió en lo más profundo nuestra vida y nuestra realidad.

Hoy sabemos que el del 19 de septiembre no fue un sismo cualquiera. Este movimiento desde las entrañas mismas de la tierra nos colocó en tan sólo un instante frente a la fragilidad de la vida. Pero también hizo surgir lo mejor de nosotros. Ante la tragedia, aparecieron la solidaridad, la empatía, el compromiso y la generosidad de millones de personas que, sin dudarlo, se activaron para hacer frente a la adversidad.

En el momento de mayor apremio para salvar vidas, para ayudar a quienes más lo necesitaban, para ofrecer alimento, ropa y cama a quienes lo requerían, una sociedad activa y comprometida respondió. También acudieron al llamado instituciones como la Marina y el Ejercito y todos juntos, codo a codo, trabajaron como uno en la emergencia.

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Es el momento de construir el país que queremos