En los 15 años que lleva de vida Rubí, el municipio donde vive (Villa de Guadalupe, San Luis Potosí) pasó de ser un municipio con Rezago Social Medio a Rezago Social Alto.
Tendríamos que agradecerle a Rubí -o a su papá- la invitación a sus XV años porque nos ha traído un brutal encuentro con la realidad del país. De un lado, un gran segmento de las redes sociales en el relajo con la fiesta y todo tipo de ocurrentes memes, del otro la necesidad de superar la pobreza y la desigualdad que padecemos.
La Joya de Rubí, o sea la comunidad donde ella vive con su familia, es una de las decenas de miles de localidades menores a 2,500 habitantes. Ahí, como en muchas zonas del país, la población ha ido disminuyendo año con año. Muchos se van a intentar cruzar la frontera, porque la tierra es seca.
Hoy, en La Joya no quedan ni 150 habitantes que ocupan las 33 viviendas del pueblo. Por eso don Crescencio Ibarra, el padre de Rubí, grabó un video donde invita a todos a la fiesta de su hija. La aceptación de “todos” a la fiesta es simplemente un modo de entretenimiento que ahora ofrece la red.
Con solo 33 viviendas, la Joya registra 28 familias inscritas en Prospera, el programa más importante del gobierno focalizado a hogares en pobreza extrema.
La Joya es una de las localidades del municipio de Villa de Guadalupe, conocido hace tiempo como Villa del Ixtle. Ahí se cultivaba la cera de candelilla que se obtiene del Ixtle, uno de los pocos vegetales que produce el desierto.
En 15 años, entre 2000 y 2015, (que casi corresponden a los #XVdeRubí), Villa de Guadalupe pasó por una pendiente que lo llevó de ser un municipio con Rezago Social Medio a Rezago Social Alto.
En el municipio el 81 por ciento de la población es pobre por ingresos y la mitad de ellos viven en pobreza extrema por ingresos. El 61 por ciento de los mayores de 15 años carece de educación básica completa. Cuatro de cada diez viviendas (38 %) carecen de conexión a la red de agua potable.
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