No hay nada que celebrar, ni hay manera de minimizar los hechos. Pretender festejar avances mínimos en el combate a la pobreza es inaceptable. Sobre todo porque se requieren cambios de fondo, de enfoque, de instituciones, de programas y de capacidad de implementación.

“La magnitud de la pobreza en nuestro país es una vergüenza. Debería causarnos indignación y movernos a actuar”, fue la frase con la que me recibió un gran líder social, del mundo empresarial, admirado y respetado por muchos, Don Alberto Núñez Esteva.

Y pues sí, no hay nada que celebrar, ni hay manera de minimizar los hechos. Pretender festejar avances mínimos es inaceptable. Sobre todo porque se requieren cambios de fondo, de enfoque, de instituciones, de programas y de capacidad de implementación. Todavía hay tiempo. Y se puede empezar ya. El próximo paquete económico y en especial el “Presupuesto Base Cero” presentan la oportunidad para mejorar el gasto público y lograr resultados.

Es absurdo escuchar las declaraciones que pretenden festejar los resultados de la Cruzada Nacional contra el Hambre. La evaluación de resultados intermedios que ha dado a conocer CONEVAL es reveladora y no puede ser interpretada con triunfalismo. Hay dos conclusiones demoledoras:

  • El 42.5% de las personas que recibieron la atención de la Cruzada desde su inicio en 2013 hasta este año, es decir, personas con casi tres años de “tratamiento” no mejoran su condición de carencia alimentaria. Si fuera examen escolar, la Cruzada saldría reprobada porque no alcanza el “6”.
  • La evaluación de impacto no muestra cambios entre población atendida por la Cruzada y población no atendida que sirve como grupo de comparación: En ambos casos, la incidencia es casi 36%. (35.7% para muestra con “tratamiento” o atendidas y 35.8% para muestra sin tratamiento, es decir grupo de control para comparación).

Ciertamente hay mejoras en otras carencias, pero no en el objetivo trazado. Que bueno que se reduce la carencia por acceso a la salud en esas muestras de hogares, pero los datos completos presentados por CONEVAL para todo el país –y no sólo para una muestra de hogares con “tratamiento”- no permiten el festejo:

  • 21.8 millones de personas sin acceso a servicios de salud (18%).
  • 70.1 millones de personas sin acceso a seguridad social (58%).
  • 63.8 millones de personas con ingreso insuficiente para adquirir los satisfactores básicos (53.3% en pobreza por ingresos, es decir, población con ingreso inferior a la línea de bienestar).
  • 24.6 millones de personas con ingreso insuficiente para adquirir los alimentos esenciales (21% en pobreza extrema por ingresos, es decir, población con ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo).
  • Entre 2012 y 2014 las personas en pobreza por ingreso aumentaron en 3 millones y en pobreza extrema por ingresos, aumentaron 1 millón 100 mil.

Estos datos se pueden consultar en el mapa interactivo por entidad federativa de la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza aquí.

La Evaluación de resultados intermedios de la Cruzada Nacional contra el Hambre, presenta además otra información que es urgente comprender para no esperar hasta el final de sexenio y conocer lo que no funcionó:

  • La población objetivo de la Cruzada es muy restringida. Aunque hay 24.6 millones de personas con ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimentaria, la Cruzada se enfoca únicamente en 7 millones, esto es el 28% de esa población.
  • La evaluación presenta información únicamente sobre 1,012 municipios en que opera la Cruzada. Aún no logra cobertura nacional. Esto implica que aún no llega al total de su población objetivo.
  • La coordinación como estrategia depende del contexto, aún no está institucionalizada. Depende del funcionamiento de las dependencias federales, estatales y municipales en cada entidad federativa. Según la evaluación, hay lugares en que funciona mejor y otros no tanto.
  • La participación comunitaria que es otra de las líneas estratégicas de la Cruzada es muy limitada. Los diagnósticos y las demandas aprobadas por los comités comunitarios es atendida únicamente a través de la oferta de programas disponibles.
  • El Sistema de Focalización para el Desarrollo (SIFODE) no constituye un padrón único de beneficiarios de acuerdo a la experiencia internacional. Más bien es una base de datos integrada del conjunto de padrones de cada programa. De acuerdo a la evaluación de la Cruzada presenta inconsistencias, en datos y consistencia interna. Y lo más grave es que no funciona como vía de acceso a los programas gubernamentales. Se mantiene la dispersión y la pulverización de las acciones.

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