Hoy, 15 de marzo, el Presidente debe anunciar el plan para que todas las personas no aseguradas tengan acceso a servicios médicos y medicamentos gratuitos. Retoma el compromiso de lograr cobertura universal de salud. Podría ser un paso para el cumplimiento del derecho a la salud… si se hace bien.

Escribo en la tarde previa. Es muy probable que la responsabilidad de dar cobertura a quienes no están asegurados por el IMSS sea el IMSS . . . Bienestar.

El “IMSS Bienestar” es el nombre del programa creado en tiempos de López Portillo para llevar servicios de salud a zonas rurales e indígenas marginadas. Su nombre original fue “IMSS Coplamar”. Desde entonces funciona sin interrupciones con varios nombres.

El IMSS Bienestar hasta 2018 tenía presencia en 17 estados —hoy son 19— ofrece un paquete de servicios de atención de primer nivel a través de 3,622 unidades médicas rurales. Además, cuenta con 80 hospitales donde ofrece cobertura del segundo nivel para cirugía general, gineco-obstetricia, medicina interna, pediatría, medicina familiar y otras.

Para dar cobertura a toda la población sin seguridad social, alrededor del 60% de la población, se requiere una inyección de recursos que no está prevista en el Presupuesto 2022. Tan solo para equilibrar el presupuesto por persona para que sea igual al del IMSS, se requiere doblar el presupuesto asignado al Insabi y al Fondo de Apoyo a Servicios de Salud del Ramo 33, un monto superior a 200 mil millones de pesos.

Esto apenas, para equilibrar el gasto público y evitar la desigualdad de trato en detrimento de la población no asegurada, que contradice el principio de no discriminación establecido en el art. 1º de nuestra Constitución.

Y es que en el presupuesto 2022 el IMSS Bienestar cuenta con 2 mil pesos por persona para cubrir a 11.8 millones de personas. (Datos CIEP). Para no asegurados hay 3 mil 600 pesos por persona, si se suman los presupuestos del Insabi y del Ramo 33 para la salud, que por ley se canalizan a los gobiernos estatales. Mientras que el IMSS cuenta con un presupuesto del doble: 7 mil 300 pesos por persona. (Datos Fundar).

Es buena noticia que se recupere el compromiso de la cobertura universal de salud. Por la trayectoria del IMSS Bienestar, se podría esperar la prioridad a la atención primaria en salud, con un fuerte componente de prevención y promoción de la salud. Aunque también se crea un gran riesgo de dejar descubiertos la atención especializada de 3er nivel y los tratamientos costosos que ya estaban cubiertos (como las quimios para cáncer).

Sobre todo, el anuncio permite abrir la discusión sobre la raíz de la segmentación del acceso a la salud y de la discriminatoria distinción entre asegurados y no asegurados. La sola existencia de población “no derechohabiente” es una contradicción con la universalidad del derecho a la salud. Todas las personas somos derechohabientes. Ir a la raíz requiere terminar con el condicionamiento del acceso a servicios de salud al trabajo “formal”.

En un país donde el 60% de la población no accede a la seguridad social y por tanto es “informal”, aunque trabaje en la economía formal. Y peor aún, donde más del 80% de quienes están en la formalidad transitan fuera y dentro de la afiliación al IMSS durante su vida laboral, urge ya plantear la ruta para lograr universalidad del acceso al sistema público de salud, y para asignar los recursos fiscales suficientes para darle sostenibilidad, sin depender de “cuotas obrero-patronales”.

Estamos lejos, esperamos se den pasos en el sentido correcto.
 

Consultor internacional en programas sociales. @rghermosillo

Fuente: El UNIVERSAL