México carece de una opción educativa de 2ª oportunidad para jóvenes como la recomiendan los expertos. Al llegar a los 20 ya no tienen opción, incluso si quieren regresar a estudiar
Hay más de 10 millones de jóvenes en rezago educativo. Son casi exactamente la mitad de quienes son mayores de 20 y menores de 30 años de edad. Eso les genera pobreza y vulnerabilidad, incrementa riesgos de todo tipo: a la violencia, las adicciones, el empleo precario.
Y lo más grave, no tienen opciones. Aunque son muchos no se ven. Parece que no cuentan. Nadie se hace responsable de abrirles otra oportunidad.
Ha habido avance en educación primaria y secundaria, pero no es así en el siguiente nivel. La educación media, las prepas y demás sistemas de bachillerato son el obstáculo que deja fuera a millones de jóvenes y les genera barreras para su desarrollo personal y laboral.
En la educación media superior (EMS) hay una “sangría” silenciosa, pero masiva. Más de 600 mil jóvenes quedan fuera de los bachilleratos y demás escuelas de EMS cada año, sin haber concluido, por más que ha crecido la inscripción y se ha reducido la deserción. Equivale a 3 mil cada día de clase. Y esto afecta más a jóvenes con menores ingresos, en los estados del sur y en las zonas rurales. La brecha por nivel socioeconómico es muy grande.
El Inegi contabiliza más de 4 millones de jóvenes mayores de 15 y menores de 20 años que ya no asisten a la escuela. Representan la tercera parte para ese grupo de edad. (Encuesta Intercensal 2015) Millones de jóvenes no siguen adelante a partir de los 15 años, la edad en que se inicia la EMS. Al llegar a los 20 ya no tienen opción, incluso si quisieran regresar a estudiar. Tienen “extra-edad”.
Y nadie se hace responsable. México carece de una opción educativa de 2ª oportunidad para jóvenes como la recomiendan la Unesco, la OCDE y los expertos. La Secretaría de Educación Pública no se hace responsable de quienes salen de las escuelas sin haber culminado el ciclo.
Urge tomar en serio este drama que afecta a la mitad de quienes tienen 20 y aún no llegan a los 30 años. El costo humano, económico y social es altísimo.
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