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Comunicado 8/24

Junio 26, 2024

Economía Social: Solución
frente al cambio climático

  • * Representantes de Nuestro Futuro, Horizontes Creativos y Guerrero es Primero exponen la relevancia de esta alternativa económica como vía frente a la pobreza, la desigualdad y cuidado al medio ambiente
  • * Urgen en Mesa de Diálogo incentivar este modelo de desarrollo comunitario para mitigar y hacer frente a los efectos climáticos
  • * Los costos totales por agotamiento y degradación ambiental en México representan 4.1% del PIB
  • * En México, la Economía Social aporta el 1.6% del PIB nacional

Los efectos del cambio climático son una realidad y la población está viviendo las consecuencias no sólo ambientales, sino también sociales y económicas, debido a que multiplica las desigualdades y viola los derechos humanos.

Ante esta realidad, la Economía Social que se impulsa desde diversas comunidades del país es la solución clara para hacerle frente, debido a que se realiza desde un ámbito de respeto y cuidado de la naturaleza, teniendo en el centro de la actividad económica a las personas, a las comunidades y a su bienestar.

Sobre la relevancia de este tema, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza realizó la Mesa de Diálogo: Economía Social al cuidado del medio ambiente, en la que participaron directivos y representantes de diversas organizaciones que trabajan directamente en comunidades donde se desarrollan proyectos económicos y sociales colaborativos en su relación directa con la naturaleza y los desafíos que se desprenden de las consecuencias del cambio climático.

Nora Cabrera, directora de Nuestro Futuro AC; Eduardo Munguía y Fidel Arias, colaboradores de Horizontes Creativos; y Fernando Terrazas, coordinador operativo de Guerrero es Primero, expusieron la relevancia de visibilizar esta alternativa económica, además de promoverla, desarrollar políticas públicas y detonar la Economía Social como vía productiva frente a la pobreza y la desigualdad.

“Cuando hablamos de justicia climática, es importante mencionar la política de adaptación al cambio climático que nos permita hacerle frente. Hoy México no la tiene. Es el cuarto país más vulnerable a los efectos climáticos adversos”, expuso Cabrera. 

Por ello, sostuvo que la Economía Social es la solución más clara para frenar la crisis climática, como una medida de articulación comunitaria, además de pensar en procesos de mediano y largo plazo.

Munguía, de Horizontes Creativos, compartió la experiencia de la comunidad cacaotera en Tabasco, en donde la relación con la naturaleza es horizontal y en la que encontramos bienes, no recursos, como compañera de vida.

Arias, de la misma organización, refirió que los principios de la Economía Social van desde trabajar en forma cooperativa, hasta promover, formar y vincular diversas experiencias.

“Se busca acompañar los procesos, más que resolver necesidades de los distintos grupos, lo cual permite construir experiencias que permitan enfrentar las problemáticas de productores, artesanos y distintas actividades económicas”, comentó.

Terrazas, por su parte, recapituló los daños que dejó el paso del huracán “Otis” principalmente en Acapulco y Coyuca de Benítez, con cientos de hectáreas de cultivo afectadas, así como deterioro económico en los sectores agropecuario y pesquero.

“La Economía Social es la forma para afrontar estas devastaciones porque hay organización, cooperación y participación de las comunidades como alternativa a un modelo económico dominante. Es importante porque promueve el derecho humano al medio ambiente sano y promueve el derecho al trabajo digno”, planteó.

El contexto económico

Acción Ciudadana Frente a la Pobreza ha señalado que las empresas sociales son un modelo distinto de hacer economía, que pone al centro a las personas sobre el capital, con equidad e inclusión, y promueve el desarrollo sustentable.

De acuerdo con el INEGI, en 2022, los costos totales por agotamiento y degradación ambiental en México ascendieron a 1.2 billones de pesos, equivalente al 4.1 % del PIB. Por componentes, los costos por agotamiento representaron 0.5%, y por degradación 3.6%.

Los mayores costos ambientales están relacionados con las emisiones al aire, que generan un impacto de 2.5% del PIB; la degradación del suelo, 0.5% y los residuos sólidos urbanos 0.4%. El resto de los componentes sumaron 0.7% y se integraron por el agotamiento de hidrocarburos, de agua subterránea, descargas de aguas residuales no tratadas y por costos de recursos forestales.

En ese mismo año, los gastos en protección ambiental totales del sector público representaron apenas el 0.7 % del PIB nacional.

De acuerdo con los datos más recientes (2018), en México, la Economía Social aporta el 1.6% del PIB nacional y a nivel sectorial el 34% del sector primario: 74% de aprovechamiento forestal; 37% de la agricultura, 26% de la cría y explotación de animales, 23% de los servicios agropecuarias y forestales y el 20% del pesquero.

En estos sectores, tan relevantes para el cuidado del medio ambiente, la presencia de la Economía Social es significativa.

Por ello, Adriana Gómez Chico, responsable de la agenda de Empresas Sociales de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, sostuvo que en México es necesaria una política pública de fomento a la Economía Social, no solamente como una vía para mejor el ingreso de las familias y comunidades, sino también para lograr un mayor y mejor cuidado del ambiente y fortalecer las respuestas ante las consecuencias del cambio climático.

Es una vía productiva frente a la pobreza y la desigualdad, y su fomento no sólo es imprescindible económica y socialmente, sino también ambientalmente.

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