El incremento de la pobreza y la desigualdad puede ser uno de los peores efectos de la pandemia, si no se toman medidas adecuadas de prevención y atención.
Cada día el gobierno, a través del subsecretario López Gatell, ofrece los datos de evolución de la pandemia a nivel mundial y del país. En cambio, sobre la otra emergencia, la económica, que también afecta a la mayoría de las personas, los datos son escasos.
Casi no hay información estadística sólida sobre la pérdida de ingresos de los hogares, sobre despidos o sobre cierre de empresas a raíz del COVID-19. Contar con estos datos es igualmente relevante. El “golpe” económico puede ser tanto o más fuerte para millones de familias que ven reducidos sus ingresos por perder el empleo o fuente de trabajo por medidas de contención de la pandemia.
Antes de presentar la información muy valiosa que ofrece la ENCOVID-19 de la UIA, hay que reconocer que entre la muy escasa información disponible, está la que presentó la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, el 8 de abril. Hasta ahora es la única información oficial disponible sobre pérdida de empleos.
Su informe es muy alarmante: casi 350 mil empleos formales perdidos en los primeros 24 días de la cuarentena, entre el 13 de marzo -fecha que inició la campaña de sana distancia y el #QuédateEnCasa- y el 6 de abril, con base en el registro diario del IMSS.
Los datos son relevantes porque también es muy importante “aplanar la curva del desempleo”, pues tendrá efectos duraderos y muy serios. El incremento de la pobreza y la desigualdad puede ser uno de los peores efectos de la pandemia, si no se toman medidas adecuadas de prevención y atención. Sería deseable que al menos cada 2 semanas la STPS actualizara su reporte.
Y también hay que tener claro que los datos del IMSS no muestran el panorama completo. El 60% de la población económicamente activa no está registrada en el IMSS.
Para eso sirve la encuesta de INEGI. Pero por la contingencia no se podrá levantar la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en este trimestre (abril-mayo-junio) en que muy probablemente se registre la mayor pérdida de ingresos y trabajos en la historia del país.
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